Nos pondríamos fácilmente de acuerdo sobre la gran dificultad que supone tener ideas, puesto que parece que disfrutan viniendo cuando les apetece y nunca cuando las llamamos.
¿Cuántas veces nos rompemos la cabeza para tratar de recuperar lo que nos pareció poco menos que la panacea universal pero se resiste de manera recalcitrante a volver a visitarnos?.¿Cuántas frustraciones inútiles hemos coleccionado por este motivo?.
Quien diga que no, tiene dos opciones: dejar de leer o sincerarse. O, mejor aun: salir corriendo a comprarse una GRABADORA.
Comprobará que mas que registrar, CAPTURA las ideas en cuanto brotan, con todo lujo de detalles y matices lo que permite evocar una y mil veces la circunstancia original de cada registro: vuelve al pasado, lo convierte en presente y lo revive con total intensidad.
Un pensamiento y sus derivadas naturales acuden en fracciones de segundo. La autonomía del artilugio es, comparativamente, ilimitada, circunstancia que convierte al usuario en alguien muy poderoso, porque deja de sufrir por las ideas que se volatilizan.
Además, permite el contraste sosegado, de manera que tal vez aquel elemento que parecía definitivo no nos sirve y, en cambio, el comentario de insignificante apariencia deviene la base de un proyecto vigoroso, de manera que podrá ir sedimentando pensamientos que con el paso del tiempo pueden adquirir gran solera, hasta recuperar algunos hilos de su propia percepción con los que confeccionar nuevas piezas comunicativas.
Permítanme unas elementales indicaciones para su mejor aprovechamiento:
- Háblele tal como piensa, pausadamente
- Suelte las ideas a granel
- Olvídese del estilo
- No redacte
- Despache con ella regularmente
¡¡¡Descubrirá la mejor de las complicidades, con una inversión insignificante!!!
viernes, 5 de agosto de 2011
jueves, 28 de julio de 2011
EL PRESENTE ES PERFECTO
El presente
Por lo general ignoramos el presente, como algo que solemos eludir porque preferimos recrearnos con el pasado -que ya no podemos cambiar- o bien, trazar planes para el futuro cuyo logro raramente alcanzamos.
El pasado
El pasado únicamente puede ser POTENCIADOR en la medida que lo adoptemos como referencia para avanzar en nuestro progreso.
El futuro
El futuro está por CONFIRMAR y lo vamos construyendo desde el presente, a condición de concentrarnos en lo que estamos haciendo en cada momento, sin permitir que nada ni nadie nos disperse.
el presente es perfecto: ¡disfrútalo!
Por lo general ignoramos el presente, como algo que solemos eludir porque preferimos recrearnos con el pasado -que ya no podemos cambiar- o bien, trazar planes para el futuro cuyo logro raramente alcanzamos.
El pasado
El pasado únicamente puede ser POTENCIADOR en la medida que lo adoptemos como referencia para avanzar en nuestro progreso.
El futuro
El futuro está por CONFIRMAR y lo vamos construyendo desde el presente, a condición de concentrarnos en lo que estamos haciendo en cada momento, sin permitir que nada ni nadie nos disperse.
el presente es perfecto: ¡disfrútalo!
domingo, 17 de julio de 2011
Los Antídotos
¿De dónde provienen?
Los antidotos provienen, sin duda, de nuestras fortalezas. Ocurre que no se nos ha inculcado el apego hacia ellas, sino más bien todo lo contrario, con lo cual tendemos a concentramos solamente en las debilidades de manera que acaban por convertirse en verdaderos obstáculos para nuestro crecimiento y actúan en contra de nuestro progreso.
Conjuguemos fortalezas
Por el contrario, trabajar con las fortalezas, constituye un saludable ejercicio ya que nos permiten combatir nuestras malsanas creencias limitadoras y dejar de ir con el freno de mano puesto por la vida.
Practique con algunas interrogaciones básicas, como p.e.:
¿Cúales son mis fortalezas?
¿Qué resuelvo a pedir de boca?
¿Cómo son mis momentos brillantes?
¿En qué soy excelente?
Los antidotos provienen, sin duda, de nuestras fortalezas. Ocurre que no se nos ha inculcado el apego hacia ellas, sino más bien todo lo contrario, con lo cual tendemos a concentramos solamente en las debilidades de manera que acaban por convertirse en verdaderos obstáculos para nuestro crecimiento y actúan en contra de nuestro progreso.
Conjuguemos fortalezas
Por el contrario, trabajar con las fortalezas, constituye un saludable ejercicio ya que nos permiten combatir nuestras malsanas creencias limitadoras y dejar de ir con el freno de mano puesto por la vida.
Practique con algunas interrogaciones básicas, como p.e.:
¿Cúales son mis fortalezas?
¿Qué resuelvo a pedir de boca?
¿Cómo son mis momentos brillantes?
¿En qué soy excelente?
martes, 12 de julio de 2011
Esperando al líder
Hace unos días, hablando con Toni, mi banquero de cabecera, con quien habíamos convenido una reunión para tratar de mis maltrechas finanzas, caimos en la cuenta del error que solemos cometer con respecto al liderazgo: esperar y lamentarnos.
¿Por qué esperar un líder?
Pero, esperar ¿a qué?. Supusimos que a que apareciese la figura de aquel carismàtico personaje, curtido en mil batallas capaz de encontrar la solución a todos nuestros males. Y lamentarnos ¿de qué?. De que nadie tome las riendas de la situación. Y asi fue como recordamos que la panacea es cosa de la mitología y que lo que toca es responsabilizarse, erigiéndose cada uno en microlíder de su propia parcela. En definitiva que cada cual analice y vea qué, a quienes y cómo puede liderar y se aplique a ello con ahínco, olvidándose de todo lo demás.
Se tu propio microlider
Quizás te preguntes qué ingredientes hacen falta y verás que con uno basta: la CONVICCIÓN
¿Por qué esperar un líder?
Pero, esperar ¿a qué?. Supusimos que a que apareciese la figura de aquel carismàtico personaje, curtido en mil batallas capaz de encontrar la solución a todos nuestros males. Y lamentarnos ¿de qué?. De que nadie tome las riendas de la situación. Y asi fue como recordamos que la panacea es cosa de la mitología y que lo que toca es responsabilizarse, erigiéndose cada uno en microlíder de su propia parcela. En definitiva que cada cual analice y vea qué, a quienes y cómo puede liderar y se aplique a ello con ahínco, olvidándose de todo lo demás.
Se tu propio microlider
Quizás te preguntes qué ingredientes hacen falta y verás que con uno basta: la CONVICCIÓN
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